Muy a menudo escucho mentiras que perjudican enormemente o restan confianza en la sanidad pública. Aquí desmontaré las dos que escucho más frecuentemente1:
La salud pública es deficitaria / es inmantenible / no es rentable: Esta es una afirmación bastante absurda. No puede ser deficitario (o inmantenible, o no rentable) aquello que es un servicio público. Es como decir que la policía o el ejército son deficitarios. Y sin embargo, esto lo escucho bastante. Algún año podría haber un problema de cálculo y que se gaste más de lo presupuestado, pero esto es una cuestión cuya solución es sencillamente mejorar los presupuestos. Al final, que no haya dinero para la sanidad pública, es una decisión política, como muy bien se explica en un párrafo de este artículo:
Si la financiación llega esencialmente de los presupuestos de las comunidades y se dice que hay déficit, este se podría explicar porque hay desvíos (por ejemplo, en la construcción de infraestructuras, que cuestan finalmente más de lo previsto) o porque no se han destinado suficientes partidas. Es decir, en este caso sería por una decisión política, como es el hecho de que las prestaciones sean gratuitas y basadas en la solidaridad: cada uno paga con impuestos en función de su capacidad y recibe las atenciones que necesita.
Aparte de esto, como ya comenté en el anterior post de esta serie, es el sistema sanitario más eficiente de Europa.
La sanidad pública está saturada por inmigrantes que no trabajan, no pagan impuestos, y no deberían estar cubiertos. Aquí la mentira tiene varias capas. Primero, hay numerosos estudios científicos que muestran que los inmigrantes hacen un uso muy inferior de los sistemas sanitarios2. Los inmigrantes vienen a España en busca de trabajo (posiblemente por una situación de pobreza en sus países de origen, pero no necesariamente)3 y por tanto, son en su mayoría jóvenes (con menos enfermedades) y con miedo a usar servicios públicos (por desconfianza, mal uso del idioma, o por una situación ilegal). El caso del turismo sanitario, es tan anecdótico que sus cifras son despreciables.
Segundo, la sanidad pública NO SE PAGA CON LA NÓMINA. Éste es un error común, porque históricamente fue así, y en las nóminas sigue apareciendo el apartado "Seguridad Social". El problema es que la sanidad hace muchos años (desde finales de los 90) que no forma parte de la Seguridad Social. Por tanto, la sanidad pública se paga a cargo de los presupuestos generales del estado a partir de TODOS los impuestos recaudados (incluído el IVA, que paga necesariamente TODO el mundo que consuma aunque sea un chicle). Hasta 2012, casi todo el mundo que estuviera empadronado en España (fuera español o no, trabajara o no), tenía la sanidad cubierta porque pagaban impuestos (aunque fuera los de consumo). Desde 2012 el PP aprobó una ley infame que le quitaba ese derecho a quien no estuviera trabajando, quien no fuera pensionista, o quien no estuviera en paro. De esa manera, aunque esa gente estuviera pagando impuestos (repito, el IVA del pan paga en parte la sanidad), no estarían cubiertos. Ergo les estamos robando.
Hasta ahora, hemos comentado el problema que supondría la privatización total de la sanidad, los motivos por los que la sanidad pública parece ser de peor calidad que la privada, y las mentiras que se suelen decir sobre este tema. Supongo que os imagináis a donde lleva todo esto ¿verdad? Lo veremos en el siguiente post.
Éste es el cuarto post en la serie En defensa de la sanidad pública. Posts anteriores:
Entre un 69% y un 77% menos que la media del país. En general, los inmigrantes benefician la economía de un país siempre. Y repito que esto está respaldado por muchos estudios. Un buen resumen se puede leer aquí y una recopilación de artículos y estudios (centrándose en España o más en general) aquí.
Convirtiéndose en el inmigrante de Schrödinger: Aquel que al mismo tiempo viene a robar trabajo a los españoles y consume servicios públicos sin trabajar.