La nave del misterio vira a estribor
Aviso: Ante la dificultad de mantener el ritmo de 5 posts y medio (los enlaces) a la semana, la regularidad de esta newsletter va a empezar a bajar. Tampoco es que me leáis tantos, así que no sois muchos los perjudicados (o beneficiados) por este cambio. Esto que me recuerda que si queréis que me motive para escribir más, difundáis la newsletter y compartáis mis posts.
De un tiempo a esta parte he ido observando algo curioso: Gente que solía calificar a Iker Jiménez1 como lo que es (un vendehumos sin rigor alguno, más risible que respetable) de repente ha empezado a defenderle y a decir que tiene puntos de vista interesantes y que invita a gente muy seria y solvente.
He oído comentarios como éste de personas con trasfondo científico y cuasi-escéptico, y que no tenían motivo alguno para alabar a alguien a quien le engañan diciéndole que 3 luces de bombillas reflejadas en un cristal son extraterrestres que vienen de Ganímedes2. Y luego he caído: Estos cambios de opinión vienen de gente de derechas. Resulta que Iker hace relativamente poco decidió reconvertirse, dejar el "mundo del misterio misterioso y misteriante" y meterse en el comentario político3. Entró a formar parte de la campaña de odio y desinformación sobre el COVID y contra el Gobierno. Esto ha hecho que los que antes se reían de él, ahora lo defiendan como alguien con criterio.
La gente no tiene buena memoria, y no recuerda que la lista de las chorradas que históricamente han defendido Iker y su mujer, Carmen Porter, y de los peligrosos bulos que han difundido es increíble. No es aceptable sentar en la misma mesa a discutir a gente que defiende la ciencia y el conocimiento con gente que defienda la sinrazón y la conspiranoia sin pruebas. A pesar de que después se desmonten los argumentos del conspiranoico. Es peligroso porque da la sensación de que están al mismo nivel y que hay lugar a la disensión y a la duda. No confío en nadie que haya colaborado con Iker.
Aquel que no es riguroso siempre, no es fiable nunca.
Además, como si su guión se lo escribiera Santi Abascal, cada vez sueltan más paridas de ultra-derecha. Se han puesto a desinformar sobre la inmigración (pidiendo que se expulse a los emigrantes), a darle más bola al bulo alarmista sobre la okupación, a hablar de una conspiración para instaurar el marxismo cultural, a repetir el mantra neoliberal de que los impuestos son un robo, a defender que el SARS-CoV-2 fue creado en laboratorios chinos, y a hacer difusión genérica de bulos para incitar al odio a la izquierda.
Por supuesto, como buen filo-neoliberal y populista, suele recurrir a “la libertad de expresión”, al victimismo contra “el sistema / gobierno” y a la defensa del “pensamiento libre frente al borreguismo y el pensamiento único”. Y por supuesto, los medios rancios de derechas4 lo aman con locura.
Sin embargo, mi preocupación sobre este tema está más relacionada con lo inevitable que parece que el ser humano apague todo sentido crítico cuando le dicen lo que le gusta oír. Aunque tengan conocimientos científicos (Quod natura non dat, Salmantica non præstat). Por esto, me deprime un poco que Iker Jiménez, con la historia que tiene y viniendo de donde viene, de repente sea defendido por quienes antes se reían de él y sus para-anormalidades.
No parece que tengamos remedio.
Para los que no lo conozcan, Iker Jiménez era un presentador de un programa de radio sobre temas "paranormales" que se hizo hiper-famoso al saltar a la tele y hacer el mismo tipo de programa: Vender que los OVNIs vienen a tomar el té regularmente, que los fantasmas no tienen nada mejor que hacer que pintar caras en las paredes de las casas, y que todo es una gran conspiración. TODO.
No he encontrado la referencia, pero ví el video en su día. En todo caso, se han tragado muchas trolas. Es lo que tiene no tener rigor.
Supongo que habrá olido que la conspiranoia que hoy en día sale rentable ya no es la de los hombres de negro y los chemtrails, sino la que defiende que Soros controla el mundo y que la izquierda forma parte del Nuevo Orden mundial y otras cosas de voxeros. La pela es la pela.
Disculpen la redundancia.